Bueno ha llegado la hora de tratar un tema que he estado intentando evitar hasta el momento pero que al final no me va a quedar mas remedio que abordar de una vez, no es bueno eludir las responsabilidades y dejar para mañana asuntos de suma importancia, así no arreglamos nada y corremos el riesgo de que el tema tarde o temprano nos estalle en la cara.
Es bien sabido que una de las pocas cosas en lo que los españoles estamos de acuerdo es que Melendi es uno de los personajes más odiados del panorama pop español con permiso de Bebe, Melendi puede ser considerado como su primo hermano, para tratar su problemática debemos remontarnos a la década pasada cuando se produjo un fenómeno musical que arrasaría en nuestro pop patrio, se trata del rollo flamenquito pop que también tendría su vertiente dance, mas degenerada aun.
Los máximos exponentes de esta tendencia fue el grupo Estopa, un grupo de tipo fiestero que hacia una especie de rumba pop a la catalana y que se harto a vender discos, fue entonces cuando un montón de oportunistas vieron el cielo abierto para colar en las listas de éxitos los engendros musicales que habían parido en noches de drogas y puticlubs.
Es así como surgen un montón de fotocopias de Estopa entre ellas Melendi, una fotocopia un tanto particular pues dejando aparte su música, Melendi, al contrario que los Estopa, potenciaba una imagen de chico malo que no piensa en otra cosa que en meter dentro de su organismo el mayor numero de sustancias ilegales posibles con los consecuentes efectos para su salud pero sobre todo para la nuestra ya que esta afición le acarreo una enorme popularidad y le teníamos hasta en la sopa con su música para oligofrénicos y su reivindicación a muerte del porro lifestyle, vamos que parecía el portero de “La que se avecina” pero en plan pijo rasta, el típico perro flauta de postal y es que gente como Melendi o Bebe fueron grandes valedores de ese subgénero musical llamado Perroflautismo que ha enmierdado aun mas nuestra música popular.
Poco a poco la fama de Melendi fue aumentando y su plan de destruir a la humanidad a través de su música se iba poco a poco afianzando, un momento clave fue el single “con la luna llena” del año 2004, una pieza hecha para provocar la ira de las personas y animales de bien pues encima fue elegida canción oficil de la Vuelta Ciclista a España con lo cual tuvo una promoción brutal y fue sin duda una de las canciones de ese verano.
Se trata de una apestosa rumbita en plan cantecito creada con maldad, tampoco es muy diferente de lo que podrían improvisar un grupo de gitanos con unas gitarras y unos bongos, es como si melendi quisiera imitar el rollo gitaneo, incluso imposta un acento extremeño al cantar que lo hace todo aun más desagradable, bueno cantar es mucho decir para una persona que tiene una voz que parece un cruce entre Enrique San Francisco y un perro con ronquera.
La letra busca mostrar a un chico sentimental y al mismo tiempo canalla, alternando frases sensibleras “pedirte que te quedes hasta mañana, pedirte que me enredes hoy en tu pelo” con otras más chabacanas “tocarte una teta sin que me veas”, esta última es de traca, ¿Que quiere decir Melendi con esta maravillosa frase llena de lirismo? ¿Nos está diciendo que ha muerto y que ahora es un ente invisible que se dedica a tocar tetas? ¿O esta tan drogado que piensa que no le ven cometer este claro acoso sexual? En fin, que el Dragón y yo intentamos ver si era posible eso de “tocar una teta sin que me veas” y la cosa acabo muy mal, además de terminar en comisaria con varias noches de calabozo, tuvimos que pagar un multón y es bien sabido que los animales no vamos muy sobrados de pasta. Por más que insistimos en que todo era culpa de Melendi y su horrible canción, los maderos no nos hicieron ni puñetero caso, una vergüenza pues por culpa de Melendi toda una generación de salidos están obsesionados con agarrarse desesperadamente a los pechos de las viandantes, lo que deriva en reacciones ultraviolentas de las victimas contra sus agresores que pueden llegar a causar la destrucción del mobiliario urbano y la ruptura de la paz social.
Pero no nos desviemos tanto del tema y volvamos al hit que nos ocupa, el estribillo es de esos que estalla con ese “porque te quiero como el mar…” con coros de unas gitanas que están totalmente fuera de sí y cuyas voces atronan nuestras cabezas, Melendi no duda un momento en cantar como si estuviese poniendo un mensaje por el móvil comiéndose letras “pa hacer toavia ma bonito, ma bonito el universo” con lo cual el efecto es todavia más atroz ya que parece que estés escuchando a un garrulo de un pueblo perdido de Extremadura, lo que tiene aun mas delito pues Melendi es asturiano, asi que claramente esta impostando el acento, pero ¿Por qué alguien querría a propósito hablar así?
Por supuesto no falta esa parte tan sentida que siempre hay en las canciones de gitaneo, como de quererse rasgarse la camisa por la choni de turno, frases como “quiero morirme a tu vera” no tienen ningún sentido y suenan a hipocresía, por regla general nadie quiere morirse y además menudo mal rollo que se te muera alguien al lado tuyo. Otras como “quisiera ser tu amuleto y veneno en tu aire” nos llevan a ese pseudoromanticismo canalla tan propio de nuestro protagonista.
Llegado este punto y después de esta sobredosis de absoluta basura agitanada nuestro cerebro está al borde de sufrir un colapso y dado el lamentable estado de la Seguridad Social en nuestro país no nos podemos permitir que nos ocurra una calamidad como esa, asi que aqui se acaba el analisis de esta canción que formaría parte su album de debut "sin noticias de Holanda" (2003) un disco lleno de himnos hechos para destruir nuestra mente, de hecho si ahora Tim Burton hiciera una nueva versión de Mars Attack, la canción mortifera que destruiria el cerebro de los marcianos, seria "con la luna llena" de Melendi.
Melendi tendria un exito enorme que aprovecharía para seguir torturándonos varios años más con su música, entremedias el famoso incidente en ese avión donde el cantante iba hasta arriba y la lió parda saliendo en todos los medios, lo cual no está mal pues ha sido una de las pocas veces que hemos podido presenciar un comportamiento típico de popstar americana o inglesa, claro que el hecho de que ese comportamiento venga de un perroflauta como Melendi le quita mucho encanto, esa típica frase “usted no se sabe quién soy yo” te la imaginas de estrellonas ya viejunas como Julio Iglesias, Rafael o como mucho Alejandro Sanz pero Melendi? Sea como sea estoy a favor de que estrellonas y estrellados la lien parda en aviones con el consiguiente cabreo de la tripulación. Debemos apoyar este tipo de iniciativas aunque solo sea por dar un poco de color a nuestra aburrida cultura pop.
Poco a poco Melendi ha dejado de estar tan de moda, sin embargo sus lanzamientos casi siempre consiguen buenas posiciones en las listas, este fenómeno que raya lo paranormal se debe a un núcleo duro de fanáticos ubicado en poblaciones como Mostoles, Alcorcon, Fuenlabrada, Leganes y Parla, lo que viene a ser la costa marrón madrileña, criadero de canis, jessis, chonis, primos y demás fauna para la cual Melendi es todo un ídolo aunque últimamente esta hinchada este un poco decepcionada con el anuncio del abandono de las drogas por parte del cantante, a partir de ahora les será imposible identificarse con su ídolo, dada la tendencia a la politoxicomania de toda esta gente.
Últimamente se ha podido ver a Melendi formar parte del programa “la voz”, arañando algunos euros y dejando claro que no tiene intención de retirarse de la música, así que jamás descansaremos, es por eso que Melendi merece nuestro odio más profundo.
Todo esto me recuerda a mi antiguo amigo el gato Windy que en un principio tenía el nombre de Melendi impuesto por la insensata de la humana con la que vivía, fanática del cantante, cuando mi amigo cambio de compañeros de piso, éstos que se dieron cuenta enseguida de lo aberrante que era ese nombre lo sustituyeron por Windy, no podría ser de otra forma! Los gatos también tenemos derecho a tener nombres dignos!